De Potosí a Bérgamo: Un Círculo de Historias Migratorias
Bérgamo, a menudo eclipsada por la cercanía de Milán, ostenta un título singular: es la ciudad italiana con la mayor comunidad de inmigrantes bolivianos. Esta particularidad nos obliga a un desvío histórico. Bolivia, que en el siglo XVI fue el origen del oro y la plata que inundaron Europa, hoy es una de las regiones más pobres del mundo. Esa riqueza no dejó a su pueblo más que tierra árida y pobreza estructural.
Esa realidad empuja hoy a muchos bolivianos a buscar en la «rica Europa» el futuro que su país les niega. Llegan a Bérgamo y otras ciudades como mano de obra para los trabajos que los europeos rechazan: limpieza doméstica, cuidado de ancianos o tareas agrícolas. Muchos trabajan en la sombra, sin papeles, por sueldos bajos y jornadas extenuantes.
Al reflexionar sobre la inmigración, es crucial trazar una línea entre el que llega con la intención de trabajar y el que viene a delinquir o vivir del Estado. Europa, con la memoria corta, olvida su propia historia migratoria: a los barcos repletos de italianos, españoles o irlandeses que llegaban a América, solo se les preguntaba el nombre antes de enviarlos a trabajar y contribuir al país de acogida. Hoy, se respira un aire de preguerra, donde el culpable de los problemas causados por la desidia, la comodidad y el cinismo internos se busca en el otro.
Logística Segura y Movilidad ‘Low Cost’ en la Ciudad
La cuestión de la seguridad en las ciudades italianas, incluida Bérgamo, es un factor que el viajero en autocaravana no puede ignorar. Por ello, la elección de un área de estacionamiento vigilada, aunque sea privada, se convierte en la opción más sensata para garantizar la tranquilidad.
Afortunadamente, la conectividad entre las afueras y el corazón de la ciudad es eficiente y, sobre todo, económica. Desde la base de pernocta, el acceso al transporte público es directo. Un billete sencillo, que incluye la conexión con el funicular, tiene un precio de tan solo 1,70 €. La compra es cómoda y moderna, gestionándose directamente con la tarjeta de débito a través de una aplicación móvil.
El tranvía deposita al viajero en la estación central, punto neurálgico que, sin embargo, revela una de las caras más complejas de la crisis migratoria. La terminal estaba notablemente concurrida por inmigrantes subsaharianos. Italia maneja la situación con una política all’italiana: se permite a los irregulares permanecer en la zona de la estación, bajo la asunción de que su destino final es el norte de Europa (Alemania, Francia). Si abandonan el perímetro de la terminal, son registrados, forzándolos a solicitar asilo en Italia, lo que les impediría hacerlo en otro país de la Unión Europea. Una solución pragmática, aunque controversial, para gestionar un flujo constante.
Paseo entre la Ciudad Baja y la Ciudad Alta
Desde la estación, el viajero puede optar por el bus o un agradable paseo de kilómetro y medio hasta la base del funicular. Este recorrido a pie permite apreciar la Ciudad Baja, la zona moderna y comercial que sirve de contraste con el enclave histórico.
La meta principal es la Ciudad Alta (Città Alta), protegida por su muralla. El funicular, un medio de transporte histórico, no solo es pintoresco, sino que está incluido en el billete urbano de 1,70 €, ofreciendo una alternativa valiosa para evitar las pesadas escaleras que llevan al corazón medieval.
Una vez arriba, la experiencia se transforma en el típico circuito turístico europeo, con tiendas de souvenirs y comercios orientados al turismo masivo. No obstante, la Piazza del Duomo es el epicentro ineludible. Aquí se alzan la Catedral de San Alejandro y la Basílica de Santa María la Mayor. La tendencia a cobrar entrada en muchas catedrales europeas se mantiene, como ocurre en la de San Alejandro, a pesar de su belleza. Sin embargo, en un gesto que agradece el viajero de bajo coste, la Basílica de Santa María la Mayor, justo enfrente, es de acceso gratuito, lo que explica por qué cuenta con un mayor número de reseñas y es la opción preferida.
Al final, el verdadero encanto de Bérgamo, como el de toda Italia, reside en lo que se ve en la calle: las construcciones de 400 o 500 años que, a pesar de la «invasión» del turismo, mantienen vivo el espíritu auténtico italiano.
Review del Área de Autocaravanas: Seguridad a un Precio Justo
Para el retorno, el sistema de transporte facilita la vuelta: un bus desde el funicular a la terminal y luego el tranvía de 1,70 € hasta el área.
El área de pernocta, aunque privada, es una alternativa funcional más que lujosa. En septiembre de 2024, el coste fue de 18 € por el parking y el cambio de aguas. La limitación principal es la electricidad: la tarifa base incluye solo 3 Amperios (3A), que resulta insuficiente. Se deben sumar 4 € adicionales para disponer de 6A, haciendo que el costo total ascienda a 22 €. Además, la ducha es de pago (1 € por 5 minutos).
Nuestra Evaluación (3/5 Estrellas):
El área es una alternativa viable para visitar la ciudad, principalmente porque ofrece la seguridad necesaria en una ciudad con problemas de robos.
- Ubicación: 3/5 estrellas.
- Servicios: 3/5 estrellas.
- Relación Calidad-Precio: 3/5 estrellas.
Es una base de operaciones cómoda que permite al caravanista sumergirse en una ciudad de grandes contrastes.
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